Con la venia de la Presidencia,

Quienes integramos la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, tenemos un compromiso con hacer de ésta un motor potente para impulsar el bienestar de México.

Tenemos claro que la ciencia, la tecnología y la innovación tiene un papel transversal en la identificación de soluciones a los problemas y retos que más aquejan a los mexicanos.

Estamos conscientes que, no solo trabajamos para generar mejores condiciones normativas, a fin de que nuestras científicas, científicos y emprendedores detonen las mayores respuestas a desafíos nacionales.

Trabajamos también con el objetivo de que su desempeño se apegue a estrictos criterios éticos y de derechos humanos.

Lo he dicho y lo reitero.

Si el Gobierno de México emprende un esfuerzo para asentar la ética en la toma de decisiones públicas, los actores privados y sociales deberán acompañarlo desde sus propias responsabilidades.

Además de una convicción de gobierno, esto es una demanda legítima de la gran mayoría de los mexicanos.

El éxito de la ciencia, la tecnología y la innovación radica en la mejora de la calidad de vida de todos, en el desarrollo social incluyente, en la equidad de género y en reducir las brechas de desigualdad que persisten.

Me da mucho gusto hacer uso de esta tribuna, para dar contexto a la iniciativa con proyecto de decreto, por el que se reforman diversas disposiciones de la Ley de Ciencia y Tecnología, en materia de derechos humanos.

Una iniciativa propuesta por mi compañero diputado Mario Alberto Rodríguez, y que mereció la unanimidad de quienes integramos la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación.

En unos momentos, el diputado Rodríguez Carrillo habrá de explicar los detalles, permítanme solamente sentar algunos datos de contexto que realzan su importancia.

La discusión ética y responsable de los descubrimientos tecnológicos apenas toma su curso.

La Comisión Europea cuenta con numerosos estudios que continúan traduciéndose en disposiciones normativas.

Latinoamérica en cambio, está a la zaga de la elaboración de criterios que dictan el ejercicio ético en el desarrollo científico y tecnológico.

Así, la iniciativa presentada por mi compañero diputado Rodríguez Carrillo, constituye un primer paso para encauzar la ciencia y la tecnología hacia un desempeño ético, apegado a la observancia de los derechos humanos.

Un paso que, desde el punto de vista de la Comisión que presido, armoniza la Ley de Ciencia y Tecnología con el mandato constitucional de que todas las autoridades respeten, promuevan y garanticen los derechos humanos. Este último expresado en su artículo primero.

De ser valorada en forma positiva por este Pleno, sentaremos bases muy importantes para que la política nacional de ciencia, tecnología e innovación se conduzca en forma ética, además de que la inteligencia artificial esté abocada a aportar soluciones a los problemas más graves de nuestro país.

Agradezco a mis compañeras y compañeros diputados, integrantes de la Comisión, de quienes me siento honrado de ser parte, por su respaldo a esta reforma.

La discusión plural y abierta siempre nos llevará a las mejores ventanas de oportunidad para profundizar la transformación que el país necesita.

A ustedes, compañeras y compañeros del Pleno, los invito a votar a favor de este dictamen.

Demos una señal inequívoca a favor de la ética y los derechos humanos en nuestro país.

Por su atención, gracias.

Es cuanto Señor presidente, muchas gracias.