Con el permiso de la presidencia;

El primero de diciembre el mundo se une para apoyar a las personas que viven con el VIH y recordar a quienes han fallecido a consecuencia de éste o por complicaciones relacionadas con el mismo.

Han pasado cuatro décadas desde que se dieron a conocer los primeros casos de SIDA y aunque se han registrado grandes progresos científicos, médicos y farmacéuticos para combatir el virus, éste continúa siendo un problema de salud pública de la mayor relevancia, por lo cual la comunidad internacional se fijó en el año 2015, en el marco de la agenda global, poner fin en 2030 a la epidemia del SIDA en el mundo para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es cierto que se han creado medicamentos y tratamientos para combatir al virus y que la industria farmacéutica está cerca de encontrar una vacuna que permita prevenir eficazmente, gracias a lo cual el SIDA ha dejado de ser una condena de muerte segura para quienes lo padecen, sin embargo, sigue estando presente y sigue constituyendo una amenaza, especialmente para aquellos que no tienen acceso a los avances que hasta ahora se han alcanzado.

Se estima que al menos 270 mil personas viven con VIH en nuestro país, pero lo más grave es que 3 de cada 10 desconocen que viven con SIDA. Lo anterior da cuenta de lo lejos que estamos de la meta fijada por ONUSIDA de que para el 2020 el 90% de las personas con VIH conocieran su diagnóstico.

Este escenario nos preocupa porque de no implementarse las medidas y estrategias necesarias para solucionarlo México continuará teniendo una población con un diagnóstico tardío que con el tiempo impactará en la capacidad de nuestro sistema de salud para atenderlo adecuadamente.

En este sentido, se requiere un compromiso conjunto para generar conciencia y lograr la atención oportuna del problema a fin de reducir los casos de pacientes que desarrollan enfermedad grave, otorgándoles un tratamiento anti retroviral a las personas que viven con VIH, con lo cual se les brinda la posibilidad de mejorar su calidad de vida.

Por otra parte, debemos reconocer que ni el tiempo transcurrido desde que se dieron a conocer los primeros casos ni el conocimiento que hoy tenemos sobre el VIH han podido borrar el estigma que existe alrededor de él y, lamentablemente, muchas de las personas afectadas siguen siendo víctimas de exclusión y discriminación. Eso es lo que realmente mata a las personas

Todos y todas tenemos un papel importante que jugar para lograr la eliminación definitiva del estigma y la discriminación relacionados con el VIH y así garantizarles a quienes se han contagiado el ejercicio pleno de derechos tan elementales como el acceso a la salud, al trabajo y a la educación. Se trata de evitar que ideas tales como que "el SIDA es resultado de condiciones o conductas como la homosexualidad, el uso de drogas, el trabajo sexual, la promiscuidad" o que éste "solo se transmite por vía sexual" sigan representando prejuicios en contra de quienes lo padecen, eso es ignorancia 100% efectiva.

En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA debemos, por un lado, trabajar para concientizar a la sociedad sobre la importancia de hacer pruebas constantes que permitan un diagnóstico oportuno de la enfermedad y, por otro, redoblar los esfuerzos paragarantizar a los pacientes el acceso a tratamientos que mejoren su calidad y expectativa de vida.

En es último minuto que me queda en la tribuna, señora presidenta, me gustaría que nos pudiera regalar un minuto de silencio por todas las víctimas que desde hace tanto años han padecido y han tenido tanto dolor, no con las enfermedad sino con la discriminación.

Por su atención, muchas gracias. Es cuanto.